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Jornadas Cerau 2022

Jornadas Cerau 2022

Jornada CERAU 2022. La Plata El psicoanálisis en la época CUERPO Y LAZO SOCIAL El cuerpo es, siendo anudado Unas breves notas acerca de la segunda parte del título que tomaré hoy: el cuerpo y el lazo social; para ello es que voy a intentar sostener que, si el cuerpo no está enlazado en los registros, tal como los planteamos a partir de su anudamiento RSI dado en la relación con el Otro primordial, no es posible salir de esta trampa en el lazo social. Del “cuerpo propio” como lo llama Freud, a lo que se vuelve no solo lógico en Lacan, sino una escritura obligada, dando lugar a la creación que le permite al sujeto separarse del Otro, a la vez que se subjetiva en él. Separación que también encarna el significarse, sujetándose a un significante con el que es representado. Lo que voy a trabajar, surge de una preocupación clínica acerca de las modalidades actuales en el lazo social y en el discurso. Me refiero en particular a lo que, como no reconocimiento del otro, se lo tematiza desde una victimización, llámese bullyng, violencia escolar y en otros ámbitos, maltrato, sabiendo que son significantes muy delicados que podemos poner a trabajar de esta manera solo entre psicoanalistas; caso contrario, si son tomados por sesgos ideologizados, impiden que pensemos el fenómeno de la dificultad en el lazo social, desde nuestras categorías y por ende nuestro qué-hacer. En un breve recorrido entre el Seminario 19 al Seminario 22, encontramos que Lacan enmarca referencias al cuerpo aun en sus títulos. La homofonía “Encore, puede leerse como un-cuerpo y en la última clase de Ou ´pire anticipa las referencias a un cuerpo en cuerpo. O si se quiere: el cuerpo como uno. Este periodo opera como un corte en su obra, ya que se da en el preciso momento en que comienza a restringir su teoría de los cuatro discursos, justamente cuando está reintroduciéndolos. Cuatro discursos que parecían agotar por su combinatoria perfecta, todas las posibilidades del lazo social. Mas, con el sentido no bastó y otros factores adicionales debieron articularse. Dice: “El ground está allí: efectivamente, se trata del cuerpo”, en el Seminario 19, donde un tiempo antes había introducido la cadena borronea. Presentándose así una cuestión crucial, porque rompe con la homogeneidad estructuralista de los discursos. Mas adelante, entre los inventos lacanianos, encontramos que en la clase del 11 de marzo del 75, trabaja un nuevo concepto, el Pathema como “pasión en el cuerpo por efecto del lenguaje” aludiendo a su dependencia con la pasión. Va de suyo que no hablamos del cuerpo en el sentido de lo biológico; a esta altura de su obra se trata de lo que se empieza a despejar haciendo este pasaje, como dice: el un cuerpo en cuerpo. Claro que no alude a las partes del cuerpo sino a “las que quedan tomadas” (por ejemplo, en la histeria) en tanto parcialidad por efecto del significante que escinde y secciona trozos. Apunta al pasar “no forzosamente un cuerpo” encorps, puesto que a partir del momento en que se parte del goce y que del cuerpo se goza, quiere decir que el cuerpo no está solo, que hay otro cuerpo, otros cuerpos. Llegamos ahí por el nacimiento del significante, que forma una estructura binaria, en-cadena, sobre lo que habría sido un caos de huellas más o menos intensamente investidas, donde se operaron transformaciones: el orden que lo simbólico impone con su ley, “hunde en la in-memoria a-temporal aquello que del Eso no podrá ser metabolizado por el significante, en referencia a lo que Freud postula como la imposibilidad de reencontrar la identidad de percepción.” Son las trazas borradas por, o con su impronta con lo que se inaugura una lógica que separa radicalmente al sujeto de lo Real, al que accede, recortándose con los significantes que lo representan, ante y entre otros. Aun así, porque Eso habla y deriva, alcanza a veces un decir que apunta a lo que de la pulsión puede desasirse de las vestimentas con que el fantasma estará tramado. Dice Freud en “El malestar en la cultura”, se trata del cuerpo con sus sentidos radicales sobre los que no hay ninguna aprehensión. Juega con una palabra equívoca, sentido, que puede tomarse (entre otros sentidos) como significación o aludir a los órganos de los sentidos del cuerpo. Freud recurre a la pulsión y no al instinto, el carácter bifásico de la misma, en orden al “trabajo “constante que el cuerpo le exige al psiquismo. Ahí se juega lo inconstituido, lo cual implica tanto el eventual “taponamiento” discursivo, como lo no taponable (pero no por ello desglosable y/o precisable). Nos referimos a las “llamadas impresiones” por Freud, que juegan entre lo inexpresable y lo indescriptible, aun así, determinantes y eficaces conformando el registro del lenguaje que “escapa” al código de la lengua y de sus significaciones. Es lo Real del lenguaje, que con Roberto Harari llamamos Realenguaje: inconstituido, inanticipable, sin códigos, más por ello definitorio y basal (ground). Recordemos que el circuito pulsional conlleva la conjugación activo-pasivo y reflexivo pronominal -que Lacan lo condensa en el hacer-se, hacer que otro me haga. Sobre el estatuto del cuerpo habrá un registro de sus efectos, que depende de cómo fue tratado ese sujeto desde su nacimiento, “cómo el Otro lo significo fálicamente”. Efectos orgánicos de placer o displacer del Otro en relación con el niño como siendo y no siendo su fi, causa de goce. Dicho principio de placer no solo es la primera simbolización, sino una escritura Imaginario-real primordial en el devenir del sujeto alienado en su propia imagen, que le provocó una precipitación identificatoria desencadenando aspectos estructurantes, e inaugurando un espacio imaginario que no quiere decir que sea falso, sino que es necesario para el establecimiento del discurso en el que el neurótico encuentra su lugar, carencia de la que sufre quien esta más fallado en su constitución. Harari propone una suerte de clasificación, llamando a éste, cuerpo impropio con relación al cuerpo propio propuesto por Freud en “El malestar en la cultura.”; y hace referencia a que no hay un cuerpo fragmentado, que luego se unifica, aludiendo al espejo, sino que hay una unificación, que por que tiene líneas de fractura anunciadas o virtuales, puede fragmentarse. Asistimos en los análisis, vía el semblante, a que el cuerpo se haga presente por los objetos a. Los orificios del organismo prestan su borde a construcciones de las que las estructuras topológicas dan cuenta, transformando así lo orgánico en cuerpo pulsional. La botella de Klein es la superficie que representa al cuerpo amasado y ahuecado por la lalangue. Pone en continuidad el interior y el exterior. Solo puede dar cuenta de ello una organización unilatera y moebiana del espacio. Arribamos entonces a otra instancia, el cuerpo agujereado, otra de las maneras de pensar el cuerpo, que tiene que ver con esos agujeros que Freud llamó zonas erógenas, y Lacan releva como cuerpo pulsionado en el Seminario 11. Un Real ofertado por el cuerpo, con lo que implica de apertura y cierre que es lo que da entidad y consistencia a las zonas erógenas; con una cierta prefiguración, o sea que hay un cuerpo Real y por lo tanto no es cualquier lugar el que podrá preciarse de zona erógena. Ponemos énfasis en lo simbólico, y que la pulsión es lo que más se acerca a lo Real y también que es lo que atenta contra el principio de placer en el sentido que apunta al goce. Procuro destacar la dimensión de cuerpo agujereado, donde los orificios no dicen de ninguna manera lo que sucede con el orden biológico vinculado a esa zona, sino que el contorneo pulsional desde esta perspectiva simbólica provocará un pasaje de organismo a cuerpo. Concluyendo, con Lacan vemos que los cuatro discursos dan vueltas alrededor de un pivote, y esta es la novedad, un soporte “-un support, un sustento “[…] “entre este soporte, lo que ocurre a nivel del cuerpo -causa total de infelicidad como dice Freud-, y donde surge todo sentido, pero inconstituido” (Seminario 19). Señalamos a este soporte que es el cuerpo, que llama en otra lengua, ground. ¿Lo hará para tratar de marcar cierta heterogeneidad? Así ground es el piso o la base, o el sustento, no reductible como tal, a ninguno de los discursos, ni tampoco a los términos de estos. Si retiramos el soporte los discursos no se sostienen. Lacan sostuvo este avance en la teoría con mostraciones topológicas que dieran cuenta del paso de las estructuras de superficie a los nudos con la operación de corte. Allí está su novación, “en las superficies hace cortes”, dando cuenta del acto analítico, esencialmente de la interpretación. Lo hace porque subvierte la lógica de las matemáticas, la que toma el corte al servicio de la definición de superficies. Operando sobre las superficies, produce una historia y la hace atravesar por un movimiento, permitiendo así que el habla salga del estancamiento atemporal de las estructuras. Esta subversión lo conduce a la teoría de los nudos. Clínicamente, Lacan acaba resaltando una distinción entre dos imaginarios, el verdadero que remite al fantasma, al deseo y a la angustia; y el falso que remite a las ilusiones necesarias del espejo. Esto explica que haya opuesto i(a), la imagen del otro, al objeto. Pasa a mostrar con sus nudos en aperturas y ajustes una “forma novadora de decir en psicoanálisis”. Una escucha diferente, dado que en acuerdo a como es anudado ese ground, será el modo en que se hará hacerse-hacer en el lazo social en relación con el goce en juego.

Será dictado a través de la plataforma

Coordinación: Sonia Canullo

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